29 nov 2010

No te enamores, ¿eh?

Según he leído, el “tonteo” se define como una forma de sociabilizar con el sexo opuesto (no exclusivamente), sin intención de llegar a ningún lado en el ámbito sexual, utilizando signos, medias sonrisas, insinuaciones etc., de carácter sensual o sexual. Lo de sin intención creo que es muy importante, ya que si hay intención las mismas cosas derivan en el “ligoteo” que merece su apartado por sí mismo.

Pues bien, la pregunta de hoy es: ¿Por qué tonteamos?

Yo creo que un flirteo es un juego inevitablemente inherente al ser humano, como animal social que es. Y es que el hombre tiene la necesidad de agradar a todos los que le rodean, más si cabe si estos son del sexo opuesto (repito que no necesariamente). Sin embargo, para algunas personas el coquetear con otra persona, aunque sólo sea por el hecho de agradar, puede despertar una respuesta, y es aquí donde se presenta el peligro real, ya que en algunos casos, aunque no haya contacto físico, se está solicitando una atención que no es precisamente de amistad.

Existen muchas maneras de tontear, de hecho cada persona suele tener la suya propia o incluso “copiar el truquillo de los demás”, más incluso si ve que funciona. Una de estas tácticas es la ya conocida por muchos como “EL MÉTODO CANELITO”, no me preguntéis el porqué del nombre, es una historia muy larga.  Para que entendáis un poco el tema, os pongo en situación: Según indica la lexicógrafa María Moliner, la forma más común de tontear es intentar caer en gracia a alguien haciendo tonterías y, cuando conviene dentro del juego, haciéndose el tonto. Hasta ahí todos entendemos de qué va la cosa, ¿verdad?, pero falta la parte de, ¿qué tipo de tonterías podemos decir para caer en gracia? Ahora es cuando paso a explicaros el famoso método canelito:

Lo primero que hay que hacer es conocer a la persona con la que intentas tontear, no hace falta conocerla bien, con un mero análisis a simple vista es fácil saber por dónde le puedes entrar. El truco está más que en entrarle (valga la redundancia), en provocar que esa persona sea la que se te acerque e intente tontearte (ahí ya depende de la habilidad de cada uno), y si se te acerca sin que te hayas fijado antes no pasa nada, ¡tontea! Y así coges práctica para situaciones posteriores ;) El siguiente paso es el de darle juego, un sí pero no, fácil. Y cuando el tonteo vaya a más es cuando viene la frase magistral: “no te enamores, eh?” Os aseguro que si conseguís llegar a esta fase del tonteo diciendo la frase con una amplia sonrisa en la boca en plan picarona, tenéis tonteo asegurado con esa persona para mucho tiempo. Y os repito que el tonteo es algo muy sano y necesario, ya que tanto a nivel emocional como mental, hace que te sientas bien y sube tu autoestima.
Pero os recuerdo que ¡el tonteo es simplemente tonteo! Es decir, hay que saber dónde están los límites y cuándo hay que parar, no vaya a ser que os pilléis por la otra persona y entonces apaga y vámonos.

Bueno, espero que hayáis disfrutado de esta nueva entrada y sobretodo de que yo haya vuelto a escribir :p, os prometo que habrá un nuevo tema cada semana. Sí! es ciertooo!! Pero te digo una cosa… no te enamores ¿¿eh?? ;)


xoxo